sábado, 15 de enero de 2011

La mitad del camino

El martes fue un gran día, 20 semanas de embarazo, la mitad del camino recorrido. Fue por otro lado un poco aterrador darse una cuenta de que el tiempo ha pasado volando porque eso quiere decir que en otro abrir y cerrar de ojos …. ¡seré madre!.

Dentro de todo este tiempo, el más emocionante ha sido sin duda alguna el último mes. La aparición de la barriga, que me permite de una vez por todas presumir de embarazo. De hecho el tamaño aumentó considerablemente durante las vacaciones de navidad, así que a la vuelta mis compañeros/as de trabajo me miraban admirados, porque me fui con pancita y ahora ya es toda una señora barriga.

Sentir el movimiento del bebé también ha sido un emocionante y reciente descubrimiento. Pese a ser madre primeriza y no ser flaca, empecé a notar al bebé a las 15 semanas. Al principio solo un par de veces o tres al día, una sensación como si un dedo me empujara desde dentro hacia fuera. Por mucho que leía en foros y páginas varias que debía sentirse como un “aleteo de mariposa” o “palomitas de maíz explotando” yo no noté eso, pero sabía que era el bebé.

Por supuesto tardó en notarse por fuera, así que mi suegra, con quien pasamos las vacaciones navideñas, y que tenía la esperanza de poder notarlo antes de que nos volviéramos a casa, se tuvo que quedar con las ganas. Caprichos del destino, …….. a los dos días se empezó a sentir por fuera. Al principio muy leve y ahora ya contundente.

Ese fue un momento muy especial, porque mi chico por fin pudo compartir conmigo el embarazo, enterrando su nariz en mi barriga y aguantando la respiración para por fin recibir la tan esperada patadita. Ahora ya hemos avanzado y no es necesario que se ponga morado para sentir a la criatura, con poner la mano en la barrita es mas que suficiente y de hecho se ha convertido en su nueva forma favorita de dormirse por las noches.

El siguiente momento cumbre en estos meses ha sido descubrir el sexo. Aunque podríamos haberlo sabido durante las navidades, al estar fuera nos tocó esperar hasta la vuelta para saber que era. Ese día fue una ecografía muy importante, porque aunque se mira el sexo (si la criatura colabora), médicamente lo primordial es tomar medidas de los huesos, contar deditos, órganos, estudiar el corazón y el cerebro y en definitiva determinar si el bebé está sano o tiene algún tipo de problemas. En nuestro caso todas las mediciones salieron perfectas y nos dijeron que íbamos a tener ……una niña sanísima!!

Por supuesto cuando informamos a familia y amigos de sexo y salud, tras la euforia y las felicitaciones iniciales vino la pregunta: ¿Y el nombre? Así que nos pusimos a ello y lo cierto es que tardamos poco tiempo en decidirnos.

¿Cómo lo hicimos? Pues por consenso, como no. Cada uno hicimos nuestra propia lista de favoritos y cuando estuvimos listos la pusimos en común. A partir elegimos entre los (bastantes) nombres coincidentes el que más nos gustó a los dos.

Y desde ese momento mi vínculo con mi barriga creció, porque ahora cuando noto pataditas no me las da un “bebé desconocido”, me las da mi hija Irene.

www.spaniards.es
 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.